Por el Ing. Miguel Barrios Morán*
Los hijos de un empresario son su orgullo y por eso él siempre desea que sigan sus pasos; sin embargo, a veces no sabe enseñarles, de la manera correcta, EL CONTROL DEL NEGOCIO.
Sabemos que existe el Protocolo Familiar, que es la metodología adecuada para cubrir esta transición de generaciones en los negocios familiares. Pero, en ocasiones, los hijos no desean seguir los pasos de sus padres y no ven de buena manera el negocio de la familia.
En mi experiencia de más de 20 años, me ha tocado dirigir a las nuevas generaciones y capacitarlas en el manejo de las fábricas. Les trasmito los conocimientos de sus padres para que sigan con éxito en los negocios. Pero tengo que admitir que, en algunos casos, lo anterior es difícil por el duro criterio y el manejo de los negocios por parte de los padres que puede que no estén capacitados para esta tarea. Primero, a ellos les tocó empezar de cero, estuvieron horas en la empresa sin descansar, sin vacaciones y 100% metidos en el negocio para lograr sus objetivos y éxitos, y quieren que sus hijos tengan ese mismo empuje y pasión por el trabajo.
Sin embargo, los hijos en su mayoría no tienen ese misma visión. Ellos ahora son profesionistas y, por tanto, entienden de manera diferente los negocios a través de sistemas y softwares, y para nada desean pasar por esa etapa del trabajo empírico de sus padres. Esto no significa que no quieran trabajar en la empresa familiar y seguir cosechando exitos.
Los padres deben aprender a manejar la experiencia y el conocimiento de ambas generaciones para que el negocio marche bien.
Como comenté al princio, el Protocolo Familiar es una metodología adecuada para este fin, pero por falta de conocimiento y tiempo, los empresarios no la quieren seguir. Les gana el ego y dicen: “nadie me va a venir a enseñar qué hacer y menos cómo manejar mi empresa”. Y hasta cierto punto esto es cierto, pero si el hijo lo escucha seguro se va a sentir atado y desmoralizado, y lo que el empresario quiere es que el negocio continue.
Es importante descubrir una manera sencilla y práctica para hacer que los hijos se interesen y manejen, de una manera práctica y eficiente, el negocio familiar.
Esta metodología la he aplicado con éxito en empresas familiares. Enseñamos a los hijos de los empresarios a manejar las compañías con INDICADORES OPERATIVOS que, de manera sencilla, revelan el avance de la producción, la calidad, la eficiencia de los trabajadores, los consumos y desperdicios y, lo principal, la relación de los costos y la producción para determinar la rentabilidad de la empresa.
Estos indicadores se basan en manejar los números de los resultados de las operaciones de la empresa. Al trabajar con los hijos de empresarios en la inducción a la compañía, los observamos con temor y falta de experiencia en los procesos. Esto es normal, pero los hace titubear al querer dar una orden, al exponer su punto de vista, dar recomendaciones y presentar un plan de trabajo.
Empecemos definiendo estos Indicadores Estratégicos:
- La producción diaria se debe terminar al día, independientemente de los modelos que se fabriquen, ya sea de menos operaciones o más, como el multiestilo. Es importante definir cuánta producción debe salir al finalizar la jornada; hablamos de producto empacado, no en proceso, y el reporte debe entregarse al final del día. Con esto sabremos si la producción se logró o no, siendo que es ésta la que genera el ingreso de la empresa.
- Los consumos de las telas. La tela representa el 60% del costo total de las prendas, por lo que se debe vigilar rigurosamente. El área de corte o tejido reportará cualquier desviación en los consumos; es decir, se entregará la tela o el hilo, y se especificará cuántas prendas deben salir. Y si no es así, explicar y analizar por qué falto material. Un rendimiento recomendado en las empresas es del 85% de aprovechamiento y el 15% restante la merma. Cualquier aumento en esta última se debe reportar. Si se controla este indicador, se logrará mantener uno de los costos más altos de las prendas.
- La calidad. El estándar que se maneja en la calidad AQL, es del 4% en defectos, pero muchas empresas ya lo están ajustando al 2%. Este indicador se puede instalar en el área de empaque; es decir, un reporte de las prendas que se van a empacar y cuántas salen defectuosas. Pero siempre es mejor utilizarlo durante el proceso, porque al momento de detectar el defecto se puede corregir; en cambio, si se realiza en el terminado, hay que desempacar la prenda, descoserla y volverla a reparar, siendo ésto más costoso. Con este control de calidad se podrá mantener un estándar y se especificarán cuáles son los problemas a detalle. Por tanto, se entrenará al personal según los defectos detectados, como brinco de puntada, ajuste de tensiones, etc.
- El rendimiento del personal es importante tanto de los operarios(as) como del área de compras, almacenistas, choferes, cortadores, empacadores, etc. Para este cometido, se deben establecer metas y tomar tiempos a las operaciones. En el empaque, se tomarán tiempos a las personas que deshebran y empacan; en el area de corte, al tendido, trazo si es manual, o cuánto se tardan en marcar las piezas que se van a cortar; cuánto tiempo ocupan en el corte y levantamiento de éste de la mesa, y cuánto tardan en folear y embolsar.
En las áreas administrativas también se establecen indicadores como, por ejemplo, en compras en donde se verá si la tela y las habilitaciones llegan completas, con calidad y a tiempo, y se obtendrá una calificación. Pero, si las telas llegan con defecto o faltan habilitaciones, como cierres o botones, se dará una calificación negativa en esta área.
Y algo que recomendamos en ventas es evaluar a los vendedores de la siguiente manera: Si cumplen las metas de ventas que se les asigna, se les pide mínimo un cliente nuevo al mes; además, que muevan el inventario de productos y que logren las mejores condiciones para la empresa, como ventas con anticipo del 50%, de contado, que no den demasiado crédito( de 60, 90 y 120 días), etc. Muchas veces, el personal que no está directamente involucrada en la producción queda fuera de la evaluación; pero debemos entender que, en la empresa se trabaja en equipo, no por separado, por lo que es importante que todas las áreas estén involucradas en los procesos de la organización.
Nuestra recomendación para los empresarios que desean que sus hijos se preparen para trabajar en la empresa, es el hacer un plan de indicadores para que puedan controlar el negocio. Ya les hemos dicho cuáles pueden ser. Esto les dará confianza y se sentirán muy bien al saber que puede manejar la empresa, de inicio midiendo y evaluando los indicadores sugeridos. Además, se sentirán tranquilos al conocer las metas del negocio para conservar su rentabilidad. Con responsabilidad podrán manejar y direccionar a la empresa. El hijo podrá solicitar a los encargados de las áreas que le expliquen por qué no se llegó a las metas establecidas, ya con el pleno conocimiento de los indicadores.
Si se le da esta responsabilidad a los hijos, será de manera más rápida la inserción de ellos en el negocio, y aprenderán también de la experiencia de los padres. Muchas veces, las empresas familiares desaparecen rápidamente. Pero si se quiere que el negocio continue con el éxito logrado, hay que trabajar con los hijos porque nada, en esta situación, se da en automático.
*Ing. Miguel Barrios M.
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